domingo, 13 de septiembre de 2009

Ángel González





Normalmente no nos damos cuenta, pero la rutina diaria puede estar llena de poesía...

Igual que en American Beauty con la bolsa de plástico pero sin bolsa y con un A.T.M.

¿Cómo seré yo cuando no sea yo?
Cuando el tiempo haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre, otros mis ojos
y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez
Seguramente, mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
corazón a corazón, de carne a carne,
el elemento misterioso que determina mi tristeza cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado sin remedio,
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas,
fieles.




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