martes, 15 de diciembre de 2009

Vaca sin cencerro

- ¿Qué pasa Leo?
- Me estoy volviendo loca, mamá.
- ¿Tú? Esa es tu hermana, pero tú no.
- Sí, como las tías, como su abuela. Loca.
- Es por Paco, ¿verdad? Me lo estaba figurando. Hay qué pena, hija mía, ¡Tan joven y ya estás como vaca sin cencerro!
- ¿Como vaca sin cencerro?
- Sí, perdida, sin rumbo ni orientación, sin nadie que te controle... Como yo...
- ¿Como usted?
- Yo también estoy como vaca sin cencerro, pero a mi edad es más normal, por eso quiero vivir aquí en el pueblo. Cuando a las mujeres nos deja nuestro marido, porque ha muerto o se ha ido con otra, que para el caso es lo mismo, nosotras debemos volver al lugar donde nacimos. Visitar la ermita del santo, tomar el fresco con las vecinas, rezar novenas con ellas, aunque no seamos creyentes, porque si no nos perdemos por ahí como vacas sin cencerro...

No hay comentarios:

Publicar un comentario