jueves, 21 de mayo de 2009

METRO COLOMBIA



Por casualidad estos días en Madrid he estado compartiendo piso con compañeros colombianos. Los dos me han recomendado una película de su país y me he quedado impresionado...


Todos tenemos una idea de Colombia en la cabeza COCAÍNA y VIOLENCIA, y las pelis que he visto, lejos de dar una imagen de país paradisiaco profundizan en el submundo de los barrios pobres de Medellín y los sicarios...




La primera se llama precisamente VIRGEN DE LOS SICARIOS; Una película colombiana en coproducción con Francia dirigida por el francés Barbet Schroeder, adaptación de la novela homónima de Fernando Vallejo. La película fue rodada en el año 2000 y nos habla sobre un maduro escritor que vuelve a su tierra, una relación homosexual con un joven sicario, sexo, violencia y muerte en una ciudad tomada por los poderes de los cárteles de drogas.




La película provocó en Colombia duras críticas por parte de los sectores conservadores de la sociedad paisa encabezados por el periodista Germán Santamaría director de la revista Diners quien en un editorial[1] pidió "sabotear y ojalá prohibir" la exhibición de la producción, que calificó de "siniestra y truculenta" contra Medellín y "contra todo lo colombiano".[2] Sin embargo quienes apoyaban la cinta argumentaban que las situaciones que se presentaban en la película no eran producto de la ficción y que reflejaban una problemática latente en los barrios marginados de la ciudad y rechazaron cualquier censura.Justificar a ambos lados








La violencia en muchos países de Latinoamérica es protagonista diario en las principales portadas de los periódicos, un ejemplo reinante es Colombia, donde la vida de sus habitantes se limita en vivir y en un morir más latente que en otras latitudes. Ahí, la vida es peligrosa, es dura y es violenta. Pero la indiferencia con que los colombianos ven su existencia, llena de crímenes y atrocidades, es aun más grave que la delincuencia misma.La Virgen de los Sicarios es una obra que muestra la cruel realidad de la situación que existe en Medellín, ciudad al norte de Bogotá; exponiendo la dureza existente en las calles a causa de conflictos políticos y de negocios. Algunos la consideran ofensiva hacia este pueblo sudamericano y opinan que debe ser prohibida, mientras que otros se resignan en aceptar y en reconocer la verdad en lo descrito en el libro de Fernando Vallejo. Ciertos intelectuales destacan que lo que se busca con esta producción es precisamente rescatar la tolerancia, la comprensión de una tierra llena de contrastes.Esta ciudad es un lugar donde la frase “donde la vida no vale nada” expresa con gran precisión las alternativas cotidianas. Una Medellín hundida en la pobreza y en la miseria, producto de la corrupción de los gobernantes y del mal manejo de los recursos, con una juventud muy torcida la cual trata de obtener lo necesario a como dé lugar, a balazos si es necesario. Puede ser descrita como una “ciudad de horror, caos y odio, donde las deudas de sangre pasan de hermanos a hermanos y de amigos a amigos, como si la suerte de los vivos estuviese en manos de los muertos, y donde sólo las iglesias son oasis de paz”. Es un ambiente de violencia el que domina en los barrios marginales, entre las pandillas de sicarios y las bandas de narcotraficantes. “Medellín, ese templo de la cocaína que hizo famoso al difunto narco Pablo Escobar”. Y si en esta ciudad la vida no vale nada es, entre otras cosas, porque buena parte de los jóvenes se desempeñan como asesinos mal pagados de los emperadores de la cocaína, donde la justicia anda por las manos de cualquiera, y la muerte inútil de cualquier persona es un acontecimiento normal en cada jornada.




Y ahora mismo acabo de terminar de ver ROSARIO TIJERAS que (sin adelantar nada) tiene un final estremecedor...

Basada en el libro del mismo nombre escrito por Jorge Franco. La película se estrenó en Colombia en el 2005. En ese mismo año la película tuvo su premiere norteamericana en el American Film Institute festival en Hollywood. El film también fue nomiando para un Goya por la mejor película extranjera.


Lo de las "balas rezadas me ha dejado impactado... se repite en las dos películas. Y qué decir de la escena de RES-PE-TO




Medellín de noche, visto desde los aires, con sus luces que parpadean lentamente como los latidos de un corazón que ama y que quiere seguir amando. Antonio (Unax Ugalde) y Emi-lio (Manolo Cardona), dos amigos de clase al-ta, la conocen en una discoteca donde todos se encuentran. ¿Quién ese esa encarnación de la tentación? ¿Esa irresistible fan-tasía masculina? Es Rosario (Flora Martínez). Y Rosario que siem-pre ha conocido una versión de la vida, de pronto ve otro camino. Antonio el introvertido, y Emilio el galán, sucumben frente a la sen-sualidad de esta mujer y ella frente a su inocencia y su frescura. Así, debajo de las nubes de la ciudad, de la fuerza de sus monta-ñas y con un cielo azul de techo, Rosario, Antonio y Emilio se van a amar, a destruir y a remendar las costuras rotas que cada uno carga. A crear una relación donde podía no haber nada. Pero donde todos se dieron lo que buscaban. Tarde o temprano el destino le re-serva a Rosario lo que le tenía guardado. Nos la encontramos en un hospital, entrando a urgencias "perforada por todos lados". Le dis-pararon mientras la besaban, justo a su manera. Antonio espera su muerte en los pasillos del hospital, con un reloj que nunca avanza y la tensión flotando en el aire. La amaron todos, la tuvieron algunos, pero ella sólo le dio el corazón a uno. A uno sólo, ese fue Antonio. La muerte y el amor caminaron juntos, a Rosario la mató una bala que dispararon hace tiempo y que la obligó a correr hasta que se cansó, hasta que no dio más, hasta que se dejó alcanzar. Esta es la historia de su vida, es la historia de amor de los tres, es la histo-ria de una ciudad que late fuerte como un corazón enamorado, en donde todo sucede, todo se olvida y todo vuelve a comenzar...









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